¿Alguna vez has sentido que no eres lo suficientemente bueno para compartir tus habilidades, conocimiento y experiencia? ¿Cuántas veces te ha detenido esa comparación con otras personas? El síndrome del impostor es una realidad que frena a muchas personas talentosas de alcanzar su máximo potencial. Nos da mucho más miedo pensar en qué pasa si todo sale bien, en quién tendríamos que convertirnos si logramos eso que tanto deseamos. A veces, más que preguntarnos cómo manejamos al mundo, debemos cuestionarnos cómo nos manejamos a nosotros mismos, nuestras emociones y motivaciones. Si buscas más dinero, mejores puestos o mayores ganancias, la clave está en entenderte a ti mismo. Y de las mejores maneras que puedes conocerte es mediante el journaling, que más de una vez te he platicado es una de mis pasiones. En esta actividad que hago diario, me di cuenta que muchas veces me paralicé y dejé pasar muchas oportunidades por no sentirme a la altura de mis capacidades. Eso me llevó a un conflicto enorme entre ser y parecer. Tú ya conoces perfectamente que para tener una marca personal exitosa, que te escojan sobre tu competencia y tener a una audiencia cautiva necesitamos fondo y forma. En fondo es: todo tu conocimiento, tus áreas de expertise, tu experiencia y todo lo que has aprendido a lo largo de los años. La forma es: cómo proyectas todo eso de manera estratégica para que te vean con autoridad y credibilidad. Lo que hace el síndrome del impostor es confundir a tu mente: tú sabes que estás más preparado, sabes más de algún tema, eres el mejor candidato para x puesto… Pero tu mente piensa: No soy lo suficientemente bueno Y ¿qué es lo que provoca? Decirle no a oportunidades que te podrían ayudar a catapultar tu vida profesional |
Esa duda interna que tenemos de “¿estaré a la altura? ¿Qué pasa si no doy el ancho?” No nos deja avanzar Lo peor es cuando, por nuestra alta capacidad y conocimiento nos llegan premios, reconocimientos, el éxito que siempre soñamos pero es difícil disfrutarlo. Porque de nuevo, estamos subestimando nuestro potencial. Todos allá afuera nos ven como la promesa, la persona con las mayores probabilidades de destacar, el líder nato Y por dentro, nos come el miedo No te digo que yo ya haya dejado al 100% ese síndrome del impostor; si te soy sincera, el miedo sigue ahí, pero ahora lo uso como gasolinapara nuevas oportunidades Siempre que algo me da miedo pienso: Salta y aparecerá la red Todo a final de cuentas se reduce a tener fe y confianza en tus habilidades y capacidades como experto Párate cada mañana por “tu yo del futuro”, por tu yo en 10 años. Porque si no te paras tú, nadie lo hará y será imposible convertirte en esa persona que tanto deseas ser. |