En 2018-2019 me invitaron a un grupo maravilloso de mujeres que se reunía virtualmente una vez por semana. Hablábamos de temas de psicología y autoconocimiento, creando un espacio de conexión y aprendizaje único. Un día, organizamos un viaje a San Carlos, mi Ierra natal, un lugar turístico lleno de belleza.
Recuerdo que, mientras manejaba rumbo al viaje, me invadía la culpa. Dejaba a mi esposo y a mi hijo en casa para disfrutar de un fin de semana con amigas, algo que me parecía egoísta en ese momento. Pero, sin saberlo, ese viaje marcaría el inicio de una transformación profunda en mi vida.
Esa noche, mientras estábamos en la piscina, entre risas y conversaciones relajadas, alguien lanzó una pregunta al aire: “¿Qué es lo que ha cambiado tu vida en el último año?” Una a una, todas compartieron sus respuestas, y yo, como niña en un cumpleaños, esperaba ansiosa mi turno, con mil pensamientos revoloteando en mi cabeza.
Cuando finalmente llegó el momento de hablar, lo dije con convicción: “Agradecer”. Mis amigas me miraron curiosas: “¿Agradecer? ¿Cómo así?” Les conté que un día había escuchado a alguien decir: “Antes de levantarte de la cama, agradece por tres cosas en tu vida, ya sean personas, objetos o situaciones”. Decidí probarlo, sin esperar mucho. Y para mi sorpresa, todo empezó a cambiar.
Mi relación con mi esposo mejoró, mi conexión con mi hijo se fortaleció y los clientes comenzaron a llegar como por arte de magia.
En ese momento no entendía por qué sucedía, pero ahora que tengo conocimientos sobre leyes universales sé que el agradecimiento eleva nuestra energía. Cuando vibramos en una frecuencia más alta, nos convertimos en manifestadores conscientes de la vida que queremos vivir.
Con el tiempo, aprendí a agradecer por todo: lo bueno, lo malo y lo que aún no llega. Incluso los momentos difíciles tienen su propósito, porque nos transforman y nos hacen quienes somos hoy. Agradecer, sin duda, cambió mi vida.
¿Cómo puedes empezar?
Es más sencillo de lo que imaginas.
Antes de levantarte de la cama, piensa en tres cosas por las que estás agradecido. Puede ser algo tan simple como tus piernas que te llevan a cualquier lugar, el sol que ilumina tu día o tu familia.
¿Quieres llevarlo al siguiente nivel? Escribe, antes de dormir, tres cosas que agradeces de tu día en un diario. Este hábito no solo eleva tu energía, sino que, cuando te sientas decaído, podrás leer esas páginas y recordar todo lo bueno que hay en tu vida.
Si decides probarlo, me encantaría que me cuentes cómo te va. Agradecer puede ser el primer paso hacia una vida más plena y consciente. ¡Hazlo y experimenta la magia por Io mismo!
-Karina Corrales
Arquitecta de vidas